TICAD-9: MARRUECOS CONSOLIDA SU POSICIÓN EN ÁFRICA DURANTE FRENTE A LAS MANIOBRAS DESESPERADAS DE ARGELIA

La novena Conferencia Internacional de Tokio sobre el Desarrollo de África (TICAD-9) puso una vez más de relieve la creciente fractura entre, por un lado, un enfoque marroquí constructivo, orientado hacia el desarrollo y la integración regional, y por otro, una estrategia argelina de diversión y obstrucción, cada vez más aislada en el escenario internacional.
Bajo la dirección de Su Embajador en Japón, el Sr. Mohamed Rachad Bouhlal, la delegación marroquí presentó la visión ilustrada de Su Majestad el Rey Mohammed VI para un África integrada, próspera y pacífica. Se expusieron iniciativas clave como el acceso al Atlántico para los Estados del Sahel, el Gasoducto Africano Atlántico y el Proceso de Rabat de los Estados Africanos Atlánticos, ilustrando el compromiso constante del Reino a favor del codesarrollo y la cooperación Sur-Sur.
Mientras tanto, una delegación clandestina del Polisario, no invitada y no reconocida por Japón o las Naciones Unidas, intentó inmiscuirse en el evento. Según varias fuentes presentes en el lugar, esta entidad se benefició de la complicidad de las autoridades argelinas para intentar existir diplomáticamente, en vano.
El gobierno japonés se apresuró a clarificar su posición mediante su ministro de Asuntos Exteriores, el Sr. Takeshi Iwaya: «La presencia en esta reunión de cualquier entidad que Japón no reconozca como Estado no afecta en nada la posición de Japón respecto al estatus de dicha entidad». Una declaración inequívoca que relega al Polisario a su inexistencia jurídica y política.
Para evitar cualquier incidente, los organizadores nipones colocaron a la delegación separatista bajo estrecha vigilancia, confinándola al margen de las discusiones y prohibiéndole todo contacto con los representantes oficiales de los Estados africanos. Una presencia simbólica, reducida a una simple foto blandida como un trofeo por la propaganda argelina, pero que no convenció a nadie.
El verdadero éxito marroquí en la TICAD-9 no reside solamente en la exposición de proyectos de gran envergadura, sino también en la movilización sin precedentes de 18 países africanos que rechazaron por escrito la presencia de los separatistas. Esta toma de posición colectiva da testimonio de un creciente hastío frente a las maniobras de distracción de Argelia, que busca imponer una agenda política obsoleta en detrimento de las prioridades de desarrollo del continente.
Mientras Marruecos continúa su ascenso como actor clave de la integración africana, Argelia se hunde en el aislamiento y el fracaso diplomático. La cuestión del Sáhara marroquí, lejos de ser un tema de división, es percibida ahora como una prueba de credibilidad para la Unión Africana, llamada a alinearse con la realidad territorial y jurídica incontestable del Sáhara marroquí.
La lección de Yokohama es clara: el África del mañana se construirá through la cooperación, las infraestructuras y la innovación, impulsada por países como Marruecos, y no por entidades ficticias y agendas desactualizadas.